Terapia
Los primeros
meses de vida son fundamentales para el futuro desarrollo motriz, cognitivo y
emocional, de ahí que sea muy importante revisar la visión lo antes posible: en
los primeros días o semanas de vida. NUNCA ES DEMASIADO PRONTO.
Pero la visión
es mucho más que ver o mirar. Es un elemento fundamental para el aprendizaje y
por ello su desarrollo va ligado al desarrollo de la persona. Es más, hay una
relación bidireccional entre la visión y el desarrollo global del niño, por lo
que la existencia de un impedimento en alguno de los dos puede comprometer los
aprendizajes presentes y futuros.

El primer paso
es la realización de una evaluación que comprende no sólo la agudeza visual
(ambliopías), sino también como trabajan los dos ojos a la vez (convergencia,
divergencia y acomodación; estrabismos…), los movimientos oculares, las
habilidades perceptivas y atencionales, la inteligencia fluida, los
conocimientos previos, cómo se procesa la información recibida, el proceso
lector, la compresión, la escritura, el control bilateral de las diferentes
partes del cuerpo, evaluación del desarrollo a través de la persistencia de
reflejos primitivos, etc.
Finalmente, en
función de los resultados obtenidos, se confecciona un proyecto de terapia personalizada para cada niño, que le ayudará a superar
esas dificultades que comprometen su desarrollo.
Esta terapia
puede incluir terapia visual, terapia perceptiva, terapia de estimulación del desarrollo e integración de reflejos primitivos, terapia de estimulación auditiva y biofeedback para los trastornos de la atención a través
de las ondas cerebrales que emite nuestro cerebro cuando estamos concentrados o
relajados.